11.02.2006

nuevas postales

Parece que las señoritas estaban más que bien, sino miren como le quedó la boca a Aldo mi primo que acababa de llegar de su chacra en Aldo Bonzi. Más rápido que un bombero loco, apenas cruzó la puerta se agarró una rubia que le quería hincar el diente.
No vamos a hacer el chiste fácil de que a esa chica se le volaron los pájaros.
Ahora sabemos quien le afanó el trago a nuestro amigo Silvio Sorlenghi, después de seis meses en Cuestión de Peso se merecía disfrutar un rato.
A mi el calabazín me pinta rebala, debo admitir que soy un poco prejuicioso.